Este mundo vegetal, que nos parece tan plácido, tan resignado, en el que todo parece conformidad, silencio, obediencia, meditación, es al contrario un mundo, en el que la impaciencia y la revuelta en contra del destino es lo más apasionado y tenaz… Una flor vive con una sola meta: escapar de la fatalidad que le rodea, subir, evadirse, transgredir las fuertes y sombrías leyes, hacerse libre, hacer pedazos el estrecho camino, inventar o evocar alas, escapar tan lejos como sea posible, conquistar el espacio en cuyo destino se incluye, acercarse a otros reinos, penetrar en ese activo mundo siempre en movimiento… la flor le da al hombre un prodigioso ejemplo de insumisión, coraje, perseverancia e ingenio. Si hubiésemos aplicado para la eliminación de tantas cosas que nos aplastan, como el dolor, la vejez y la muerte, la mitad de la energía que despliega una pequeña flor en nuestro jardín, creedme, nuestro mundo sería muy distinto al que es.
Nacida en Sabadell. Tras 20 años de experiencia en el mundo empresarial de la moda, se trasladó con su familia a Sao Paolo, Brasil, donde se rodeó de un grupo de amigos artistas y literatos, entre los que cabe citar a Nair Kremer y Silmara Watari.
Entre 1995 y 1999 cursó estudios en la Escuela Novotex de Bellas Artes, en Campinas, destacando su obra de entonces por su gran formato y su temática sobre las flores, la etapa en Brasil culmina con cuatro exposiciones en Campinas y Sao Paolo.
Hacia finales de 1999 regresa a Sabadell donde pone en marcha una galería de arte, cuyo objetivo es fomentar artistas locales a través de distintas actividades como exposiciones, clases y conferencias, con gran éxito.
Traslada su residencia de nuevo en 2004 a la comarca de la Anoia donde imparte clases desde entonces en varias escuelas, organizando a su vez diversas exposiciones propias y colectivas.
Su obra se identifica claramente por su colorido, sensualidad e influencia directa de la naturaleza.